La televisión en menores de 3 años: beneficios de limitar la exposición a pantallas
¿Cuáles son los efectos de la televisión en menores de 3 años? Es la pregunta que se hacen muchos expertos y también padres y madres. ¿Es bueno ponerle dibujos a nuestros pequeños? ¿Es acaso malo? ¿Cuánto tiempo pueden ver al día o a la semana sus programas favoritos? Sabéis que nos preocupa la crianza de los más pequeños, especialmente en las primeras etapas cuando los pasos que han de darse pueden tener influencia durante el resto de sus vidas. Esto es algo que debemos grabarnos a fuego: todo lo que hagamos ahora, se verá reflejado en el futuro.  Por eso, no es la primera vez que hablamos sobre un tema parecido. En un post anterior, en este mismo espacio, ya os dimos información sobre el videojuego que consideramos muy relevante. Pásate, por favor, por esa lectura. Esperamos que la encuentres interesante. Pero, hoy, nos vamos a centrar en las pantallas y la televisión. 

La creciente preocupación acerca de la televisión en menores de 3 años

La exposición a la televisión y otros dispositivos electrónicos en niños menores de tres años es un tema de creciente preocupación entre los expertos en desarrollo infantil y salud. Diversos estudios y recomendaciones de instituciones como la Academia Americana de Pediatría (AAP) sugieren evitar el uso de pantallas en esta etapa crítica de desarrollo. Pero, por qué?
  • Desarrollo cerebral. Los primeros tres años de vida son fundamentales para el desarrollo cerebral de un niño. Durante este período, el cerebro está en una fase de crecimiento y formación intensiva. Las experiencias tempranas tienen un impacto significativo en la formación de conexiones neuronales. La interacción directa con el entorno, a través del juego, la exploración y la comunicación con los padres y cuidadores es crucial para un desarrollo cognitivo, emocional y social saludable. La televisión en menores de 3 años, aunque pueda parecer inofensiva, no proporciona la estimulación necesaria que los niños pequeños necesitan. Ver televisión es una actividad pasiva que no promueve la interacción activa ni el aprendizaje práctico. Los niños necesitan experiencias multisensoriales, como tocar, sentir, ver y oír, en un entorno tridimensional para desarrollar sus habilidades motoras y cognitivas.
  • Impacto en el desarrollo del lenguaje. En nuestra opinión, el desarrollo del lenguaje es otro aspecto crítico que puede verse afectado por la exposición temprana a la televisión. La interacción verbal con los padres y cuidadores es innegociable para que los niños aprendan a hablar y entiendan el uso del lenguaje. Las conversaciones cara a cara, los juegos de palabras y la lectura de libros contribuyen significativamente a la adquisición del lenguaje. En el lado contrario nos encontramos con la televisión, que no puede responder a las señales del niño ni proporcionar la retroalimentación necesaria para el aprendizaje del lenguaje. Estudios han demostrado que los niños que pasan mucho tiempo frente a pantallas pueden tener retrasos en el habla y en la comprensión del lenguaje.
  • Efectos en el comportamiento y la atención. Se ha demostrado de manera científica que un tiempo excesivo frente a la pantalla también puede afectar negativamente el comportamiento y la capacidad de atención de los niños. La televisión presenta imágenes y sonidos de manera rápida y cambiante, lo que puede sobreestimular el cerebro de un niño pequeño y dificultar su capacidad para concentrarse en actividades más tranquilas y prolongadas, como la lectura o el juego imaginativo.
  • Beneficios de limitar la exposición a pantallas. Finalmente, tienes que tener en cuenta y siempre presente que limitar o eliminar la exposición a pantallas en niños menores de tres años tiene múltiples beneficios: promueve un mejor desarrollo del lenguaje, mejora las habilidades sociales y emocionales y fomenta una mejor capacidad de atención y concentración. Además, anima a los niños a participar en juegos activos y creativos que son esenciales para su desarrollo físico y mental.
En resumen, evitar la televisión en menores de 3 años es una medida respaldada por la investigación para garantizar un desarrollo óptimo. Al centrar la atención en interacciones directas, juegos activos y experiencias del mundo real, los padres y cuidadores pueden proporcionar un entorno enriquecedor que favorezca el crecimiento y desarrollo saludable de sus hijos.