El gran caballo de batalla para muchos padres, que encuentran en estas situaciones el verdadero quebradero de cabeza del día a día. Nos referimos a cómo manejar las rabietas en niños. Son momentos tensos que nos pueden llevar al extremo y en los que, esto hay que tenerlo siempre presente, los niños sufren.
Porque es así. Las rabietas no aparecen por gusto para ellos. Son muy pequeños y están en desarrollo. Su cerebro, también. Esto provoca que no sean capaces de manejar todo lo que sienten por sí mismos. Necesitan nuestra ayuda, no nuestro enfado.
Educar a una persona desde bebé hasta su adolescencia no es sencillo. Cada etapa tiene aspectos claves que hay que conocer, valorar e implementar. Por ejemplo, el tema tan recurrente de la televisión en menores de 3 años. Os lo explicamos en este post reciente en nuestro blog. Os lo dejamos enlazado por aquí por si queréis echarle un ojo.
Ahora bien, actuar frente a rabietas puede ser un desafío para los padres, pero con las estrategias adecuadas, es posible abordar estas situaciones de manera efectiva y constructiva.
Nuestras claves para manejar las rabietas en niños
Aquí tienes cuatro consejos prácticos para manejar las rabietas en niños:- Mantén la calma. Los niños a menudo reflejan las emociones de los adultos que los rodean. Mantener la calma durante una rabieta ayuda a reducir la intensidad de la situación. Respira profundamente y habla con una voz tranquila y firme. Es crucial ser consistente en tu respuesta a las rabietas. Si un comportamiento no es aceptable hoy, tampoco lo será mañana. La consistencia en la forma de manejar las rabietas ayuda a los niños a entender lo que se espera de ellos y a sentirse seguros en su entorno.
- Establece límites y ofrece opciones. Establecer límites claros y razonables es esencial para el desarrollo de los niños. Estos límites deben ser comunicados de manera sencilla y repetidos según sea necesario. Por ejemplo: «No está bien gritar para conseguir lo que quieres». Como padres, debemos dar a los niños opciones dentro de los límites establecidos. Esto les ayuda a sentir que tienen cierto control sobre la situación: «Puedes elegir entre jugar con tus bloques o dibujar con tus colores».
- Usa el refuerzo positivo y la distracción. Más claves para manejar las rabietas en niños. Reconoce y elogia el buen comportamiento para fomentar su repetición. A veces, un simple reconocimiento puede ser muy efectivo. Del mismo modo que cambiar el enfoque del niño hacia otra actividad puede ayudar a desescalar una rabieta. Introduce una nueva actividad o un juguete interesante para desviar su atención de la causa de la frustración.
- Enseña habilidades de manejo de emociones. Ayuda a los niños a identificar y nombrar sus emociones. Puedes decir cosas como «veo que estás muy enfadado. ¿Quieres hablar sobre lo que te molesta?». Esto les ayuda a entender y expresar lo que sienten. Una recomendación que siempre procuramos ofrecer es que enseñes a los niños técnicas sencillas para calmarse, como respirar profundamente, contar hasta diez o usar una «zona de calma» donde puedan ir a relajarse hasta que se sientan mejor.