Los niños pequeños también necesitan rutinas.
En la etapa temprana de la infancia, cuando los niños tienen entre 2, 3 y 4 años, las rutinas juegan un papel crucial en su desarrollo y en su bienestar general. ¿Pensabas que eran algo que solo los adultos necesitábamos para llevar al día nuestras cosas? Pues aunque no lo creas, establecer unas rutinas para los niños les proporciona estabilidad, seguridad y una sensación de previsibilidad en su vida cotidiana que ellos también necesitan. A continuación, nos gustaría explorar este aspecto un poco más en profundidad y contarte por qué las rutinas son tan importantes en esta etapa del desarrollo infantil.

¿Qué aportan las rutinas a los niños?

1.- Fomentan una mayor seguridad y estabilidad:

Las rutinas proporcionan a los niños pequeños un marco predecible en el que pueden desarrollar un sentido de seguridad. Saber qué esperar en diferentes momentos del día les brinda una sensación de estabilidad, tanto emocional como física. Esto les ayuda a sentirse más seguros al enfrentar nuevas experiencias y transiciones en todos los ámbitos de su vida.

2.- Ayudan a regular emociones y comportamientos:

Las rutinas para los niños pequeños brindan una estructura que les permite regular sus emociones y comportamientos de manera más efectiva. Saber qué viene a continuación les proporciona un sentido de control sobre su entorno, lo que puede reducir la ansiedad y los comportamientos disruptivos. Por ejemplo, una rutina de horarios para dormir puede ayudar a calmar a un niño antes de acostarse, promoviendo una mejor higiene del sueño y un estado de ánimo más equilibrado.

3.- Facilitan el aprendizaje y el desarrollo:

Las rutinas proporcionan oportunidades para el aprendizaje y el desarrollo en múltiples áreas. Por ejemplo, una rutina de lectura antes de acostarse no solo promueve el amor por los libros, sino que también desarrolla habilidades lingüísticas y cognitivas. Del mismo modo, una rutina de juego estructurada puede fomentar el desarrollo físico, social y emocional de la interacción con otros niños y adultos.

4.- Mejoran la autonomía y la independencia:

Al seguir rutinas diarias, los niños pequeños aprenden a realizar tareas por sí mismos, lo que promueve la autonomía y la independencia. Desde vestirse por la mañana hasta lavarse los dientes antes de acostarse, las rutinas les brindan oportunidades para practicar habilidades de autocuidado y desarrollar la confianza en sus propias capacidades. Además, las rutinas les ayudan a convertirse en personas más constantes, más pacientes y con más resistencia a la frustración. En general, está demostrado que los niños que tienen su día a día organizado son más responsables, autónomos y aprenden desde pequeños a organizar mejor su tiempo.

5.- Reducen el estrés para los padres y cuidadores:

Las rutinas también benefician a los padres y cuidadores al proporcionar una estructura y previsibilidad en la gestión del cuidado infantil. Saber cuándo sucederán ciertas actividades facilita la planificación y la organización diaria, lo que puede reducir el estrés y la ansiedad asociados con la crianza de niños pequeños. consejos para jugar con tus hijos Por todo ello, las rutinas para los niños resultan tan importantes como para los adultos. Son esenciales en edades de 2 a 3 años porque les brindan estabilidad, seguridad y una estructura que promueve su bienestar físico, emocional y cognitivo.    Al establecer rutinas diarias, los niños pueden regular sus emociones, desarrollar habilidades importantes y ganar confianza en sí mismos. Además, las rutinas benefician tanto a los niños como a los padres al proporcionar un marco predecible y más abarcable para la vida diaria. Por lo tanto, es fundamental priorizar la creación y el mantenimiento de rutinas saludables en el hogar y en entornos de cuidado infantil para apoyar el crecimiento y el desarrollo óptimos de los niños pequeños. No se trata de empeñarnos en cumplir esas rutinas contra viento y marea, pero sí entender que saltárselas afecta tanto a los pequeños como puede afectar a los adultos, de ahí la necesidad de mantenerlas a diario en la medida posible.