Los hábitos que debes inculcar a tus hijos en la mesa.
La actitud que tienen los niños en la mesa dice mucho. Es cierto que son niños y no podemos exigirles que se comporten como adultos. Son inquietos, traviesos, revoltosos… pero aún así, su forma de comportarse cuando se sientan a comer o cenar es muy importante. Aquí, la labor de padres, familiares y docentes es clave y debe ir en la misma dirección para inculcar ciertos hábitos en la mesa que todo niño debe interiorizar desde muy temprana edad. ¿Quieres saber a qué hábitos nos estamos refiriendo? Hoy te lo contamos en este artículo.

Los buenos hábitos en la mesa

La mesa es mucho más que un lugar para que las personas se alimenten: es un espacio clave para el aprendizaje de hábitos esenciales que acompañarán a los niños a lo largo de su vida. Desde pequeños, es fundamental inculcar prácticas que favorezcan no solo una alimentación equilibrada, sino también un comportamiento adecuado en este contexto social. Inculcar estos buenos hábitos en la mesa es realmente importante:

1. Rutinas y horarios regulares

Establecer horarios fijos para las comidas es vital para que los niños comprendan la importancia de la organización y desarrollen un patrón de hambre saludable. Comer siempre a la misma hora ayuda a su cuerpo a anticipar las comidas, lo que fomenta una buena relación con la alimentación y evita que lleguen excesivamente hambrientos o sin apetito.

2. Sentarse correctamente a la mesa

Desde los primeros años, los niños deben aprender que la mesa es un espacio específico para comer. Sentarse adecuadamente, con la espalda recta y sin distracciones, refuerza la idea de que la comida merece atención. Evitar que coman en el sofá, frente a pantallas o caminando por la casa es esencial para asociar la alimentación con un entorno ordenado y tranquilo.

3. Uso adecuado de los utensilios

Aprender a manejar cubiertos, vasos y platos desde temprana edad es un paso crucial para fomentar su autonomía. Al principio, es normal que prefieran usar las manos, pero poco a poco deben practicar con cucharas y tenedores adaptados a su tamaño. Este hábito no solo mejora su coordinación motora, sino que también les prepara para situaciones sociales futuras.

4. Probar todo tipo de alimentos

La variedad en la dieta es clave para garantizar una nutrición adecuada y prevenir rechazos alimentarios. Los niños pequeños son naturalmente curiosos, y esta etapa es ideal para introducirles diferentes sabores, texturas y colores. Aunque inicialmente puedan rechazar algunos alimentos, la repetición y el ejemplo de los adultos suelen ayudar. Los expertos recomiendan ofrecer un alimento nuevo al menos 10 veces antes de concluir que no les gusta.

5. Evitar berrinches y premios con comida

Es común que los niños intenten negociar o protestar en la mesa, pero ceder ante berrinches refuerza comportamientos negativos. Es fundamental mantener una postura calmada pero firme, evitando utilizar la comida como premio o castigo. Asociar alimentos con emociones negativas puede generar problemas a largo plazo, como rechazo o sobrevaloración de otros alimentos que son utilizados como premio.

6. Comer despacio y masticar bien

Otro de los buenos hábitos en la mesa que debes inculcar a los niños es comer con calma, masticando adecuadamente, algo que no solo mejora su digestión, sino que también les ayuda a reconocer las señales de saciedad. Es importante evitar la presión por acabar rápido o competir, ya que esto puede generar ansiedad alrededor de las comidas.

7. Participar en las tareas relacionadas con la comida

Implicar a los niños en tareas simples como poner la mesa, recoger los platos o incluso ayudar a preparar alimentos fomenta su sentido de responsabilidad y aprecio por el esfuerzo que implica cada comida. Además, estas actividades suelen aumentar su interés por probar lo que ellos mismos han ayudado a preparar.

8. Fuera pantallas y otras distracciones durante las comidas

Las pantallas, juguetes o libros en la mesa dificultan que los niños se concentren en comer. Establecer un ambiente tranquilo, sin dispositivos electrónicos, favorece que presten atención a su comida y disfruten del momento. Es lógico que, en algunos momentos de desesperación, sobre todo cuando la comida se realiza en un restaurante, los padres recurran a las pantallas para que los niños coman y no molesten, pero no deberían acostumbrarse.

9. Dar ejemplo como adultos

Los niños aprenden principalmente por imitación, por lo que es esencial que los adultos demuestren los mismos hábitos que esperan de ellos. Comer con calma, probar alimentos nuevos y respetar las normas son comportamientos que los niños tenderán a replicar.   Inculcar buenos hábitos en la mesa beneficia tanto a la salud física como al desarrollo emocional y social de los niños. Estas prácticas no solo aseguran una correcta alimentación, sino que también les preparan para desenvolverse adecuadamente en cualquier entorno en los momento en los que tengan que compartir mantel con otros comensales. Con paciencia, constancia y el ejemplo de los adultos, los niños crecerán como buenos comedores y con una relación positiva y natural hacia la comida.